un cauce de urbes que se olvidaban de si,
un descuido que rompe, un descuido que pasa,
una caricia entre los muros y tus muros
son la hebra de un rito perpetuo, continúa
con el enfado de los montes y escupen
al temblor que es lugar común y el agua
dice ser respiradero de artificio, y la madre:
esta ciudad de errores putos como el hambre.
Éramos el tiempo dentro de la espuma,
un lamento largo y pesado, gesta lobos,
gesta niños delgados como falacias,
gesta crimen milenarista y se repite,
se repite mil veces se repite, armados
de aullidos cerdos que imita esta madre,
calca al revés el origen de la especies
para que salga la vida, torva y estúpida,
la que imita al animal que nace siendo,
que construye ríos que fueron avenidas,
que construye abismos que fueron puentes,
que construyen muertos que fueron sueño,
llanto,
marea.
2 comentarios:
Me gustó mucho el final; temrinas con secillez, limpieza. Buen poema. saludos
vaya cosa... es septiembre... y encuentro este mensaje tuyo edegortari.
Saludos desde Sevilla, con un retraso de meses, sincero, eso sí, un saludo y abrazo sincero.
gracias por dejar aquí algunos minutos para escribir tu mensaje. Lo agradezco.
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