Me encuentro en una esquina de la c/ de Carretes, en el
barrio del Raval, Barcelona. Tuve una mala
noche, soñando espantos que no he podido detener durante el sueño,
espantos que avanzaron y obligaron a mi conciencia a despertar para decir que
no, que no aceptaría seguir con la tortura y la tristeza de ese sueño; esta
realidad depara otras tantas experiencias de tristeza y dolor, pero en cambio, en
ese sueño no pude salir del engaño que me hizo pensar que aquello era la
realidad y no esta otra, más loca e imperfecta aún.
A pesar de esa continua sucesión de tortura social que
vivimos cada día ante nuevos recortes, nuevas modificaciones contra nuestros
derechos, nuevas maneras de decirnos: ‘Hey, esto es por ustedes, nosotros
velamos por ustedes, ustedes son el futuro’ tenemos la oportunidad de elegir,
de andar senderos que optamos por propia cuenta, a pesar de lo que en muchos
casos no sepamos lo que recibiremos y encontremos detrás de cada esquina de
esos nuevos caminos; la meta está ahí, y los senderos que se bifurcan, como en
ese sueño de espantos, pueden ser modificados, talados, arados, destruidos,
convencidos de que nos abran paso, de que nuestra voluntad puede cambiar todo
ello; la meta está ahí y de ir de frente no tardaremos en darnos cuenta de lo
sencillo que era encontrar una repuesta: andando esos pasos en línea recta.
El martes pasado, hace tan solo tres días, fui detenido en
las puertas de la estación de tren de Manresa, un pequeño pueblo de Cataluña
que aloja una catedral y un monumento a San Ignacio de Loyola impresionante; en
compañía de Agustín Calvo Galán, poeta por el cual viajé a tal población, y de
Hugo Cabezas, cámara y miembro de las productoras Cara B y Imakefilms; acabábamos
de estar en la granja de caracoles de Agustín y su pareja, además de hacerle
una entrevista sobre Barcelona y su vida cultural y del libro que le estamos
publicando en Ultramarina. Nos llevó en auto al pueblo y tan solo un minuto
después de que bajáramos, un par de policías de paisano me cerraron el paso y
me pidieron la documentación, me dijeron ‘documentación – traigo pasaporte,
tome – de qué país eres, dijo el otro – de México - ¿cuánto tiempo llevas en
España? – Uuuuuuh, un montón - ¿Qué haces en Manresa? – Vine a grabar un
programa para tv sobre literatura y cultura – (Caras de extrañeza) vamos a
tener que ir a la comisaría – Tengo que tomar el tren No importa, puedes tomar con ese boleto
cualquiera de aquí a las diez de la noche. Eran apenas las siete menos algunos
minutos de la tarde. Subimos al auto y nos condujeron a la comisaría, sitio
donde me mantendrían aproximadamente tres horas y en las cuales se produjeron
diversas situaciones que relato a continuación.
Sinfonía azul de una tarde que espera a Sant Jordi desde los
calabozos:
‘Llevas ocho años, eres mexicano y no te has tramitado los
papeles; todavía si fueses de Marruecos o de Uganda’, ‘he visto a marroquíes
realizar los trámites y tener papeles en menos de dos años’, ‘¿cómo es posible
que haciendo tanto no los hayas tramitado aún?’, ‘la gente ha vivido encima de
sus posibilidades’, ‘aquí no puedes usar el móvil, apágalo’, ‘pon tu dedo aquí,
ahora tu mano, ahora la palma; bien, ahora una foto de frente, mira de lado,
pajarito… pajarito’, ‘¿Sigues al Checo Pérez?, ‘¿dónde está el ‘sheriff’?,
llámale para que venga a firmar – está viendo el partido, ha dejado las luces
encendidas, tendrá que regresar antes de las diez, ‘hace unos años iba al campo
del Barcelona B a ver los partidos de los Dragones de Barcelona’, ‘acabamos de
recibir el listado de los cinco de hoy, se han equivocado en el chico este que
viene de Moravia, si no corrigen pronto tendrá que dormir en los calabozos’, ‘éste
nos ha engañado, pero el otro fue peor que durante dos años estuvo negando que
había crisis, crisis, todos nos dábamos cuenta pero él lo negaba, este tiene
que hacer lo que tiene que hacer’ ‘Soy de León. Soy de Asturias’ ‘aquí te la
has jugado y te ha salido mal, muy mal’
In crecendo: ‘usted tieeeeeene una oooooorden de
Expulsióoooooooooon”
Trompetas – Fade out.
Llevo ocho años viviendo en España, en algún momento tuve un
visado de estudiante, luego conseguí un contrato a media jornada y en cuanto
intenté volver a sacarme el visado tuve cualquier tipo de respuesta, todas
ellas negativas. He viajado a México tres veces en estos ocho años, cuatro
desde la última vez y en cada uno de los viajes siempre he tenido experiencias
con la policía, la guardia civil, la nacional y la secreta: soy un imán, mejor
dicho: todos los que tengamos rasgos más allá de lo ‘español’ (que me gustaría
alguien me diga qué es eso) somos blanco predilecto de aquellas personas que
tienen que cumplir una cuota mínima de detenidos, no sé si por semana, o por
día, pero esto viene de arriba.
En estos últimos años vengo trabajando en la Asociación PLACA
(Plataforma de Artistas Chilango Andaluces) un proyecto que en tal solo seis
años cuenta con un Recital Internacional de Poesía y Artes (pionero en decenas
de acciones virtuales y físicas), recitales mensuales entre México y España,
una plataforma de gestión cultural que actualmente ofrece servicios editoriales
y de producción, una librería y sede de esta asociación en la que estamos
ofreciendo actividades gratuitas en pleno centro de Sevilla, una editorial que
con poco más de un año está teniendo una increíble recepción; damos talleres de
reciclado, edición y creación que hemos impartido en diversas ciudades,
actualmente nos encontramos grabando un programa para nuestro canal de
Internet: REC TV, aquí en Barcelona.
No soy un vago, pero tampoco puedo decir que soy un mártir;
esto en donde estoy porque he decidido tomar estos caminos, ya hace tiempo
sabíamos (mi pareja, mi familia, mis amigos) que esto podía pasar en cualquier
momento; un poco de necedad y una enorme cantidad de ganas de vivir tal y como
pienso me han llevado a no sentirme extranjero en ninguna ciudad que he pisado
(en territorio castellanoparlante), me he dedicado a trabajar, a
construir, generar, a crear; en el
camino se han sumado decenas de personas interesadas en vincular más allá de
dividir, en artistas y poetas comprometidos con comunicar más allá de hacer un
monólogo interno, un público curioso por saber lo que hay más allá en vez de
quedarse con el aquí y mi entorno: hemos construido un puente real de comunicación
entre regiones y eso ha sido posible solamente por cada mano que ha apoyado
este proyecto; esas manos no las cuento por color o religión, cada uno a través
de su oficio: políticos, creadores, gestores, administradores, asistentes, han
originado la maravilla de esta plataforma: comunicar y hermanar.
Sabía que los papeles serían un problema, así que desde
estos últimos cuatro años he intentado tramitarlos pero en cada uno de esos
intentos he recibido una patadita que ha tumbado los proyectos para poder tener
una residencia ‘Sr. Oficial, además en estos años he intentado por lo menos
cuatro veces tramitarla, pero no le miento cuando le digo que no le interesa a
nadie ayudar para que esto sea así’. Quizá debería haber sido mi prioridad,
pero ¿porqué debe ser algo prioritario cuando es completamente antinatural, qué
sistema es el que hemos ideado para que una persona tenga que demostrar su ‘legalidad’
en una tierra que han pisado decenas de culturas antes que la que actualmente
se ha convertido en autoridad, quién puede juzgar quién es y quién no, quién
tiene derechos y a quién se le puede demeritar?
Estos años están demostrando que ser ilegal, o irregular, en
este país, no es garantía de optar por una vida mejor en España, mis amigos,
familiares y gente cercana está viviendo un cambio económico que nos está
grotescamente hermanando: todos estamos igual de jodidos y pocos están cada vez
más cerca de tenerlo todo. Los irregulares somos todos los que apenas llegamos
a final de mes, si es que podemos hacerlo sin acumular más deudas; en este
momento la ilegalidad somos todos, nuestros derechos, nuestras garantías
civiles y nuestra capacidad de protestar ante lo que está terriblemente mal ‘Esto
lo hacemos por ustedes, nos darán las gracias, el odio es a quien lo merece,
nos han votado, gracias Sr. Embajador: sí venderemos lo poco que tenemos, pero
por favor, no olvide que cuenta con una costa para vacacionar, no, no tendrá
que pagar, pero por favor, vengan, vengan.’
Tengo una orden de expulsión que tendré que recurrir en los
siguientes días. No sé sinceramente qué pasará: si regresaré a México, si me
quedaré en España (pagando 500€ en cómodas cuotas por infracción a la ley
estúpida que dice quién es y quién no). La labor la realizaré en tierra que se
ponga debajo, esta locura por vincular es constante y firme, probablemente si
me envían a donde envían a los inmigrantes (ese lugar mítico que es la
antítesis de la tierra prometida) seguiré enviando mensajes para decir: hey,
acá pasa lo mismo, acá están igual de jodidos y el sistema está haciendo lo
mismo: vinculemos para conocer que no somos los que estamos mal, es el sistema
lo que está profundamente corrompido.
‘Sr. Autoridad (creo que eso debería ser usted, Sr. Rajoy)
De frente, mirándome a los ojos, tenga usted el coraje de decirme
por qué somos ilegales, por qué nos hace extranjeros, por qué alimenta la idea
de las fronteras, por qué no me mira a los ojos y me dice sin temblar: eres un
criminal, eres una lacra, eres lo que no queremos aunque no sepamos qué es lo
que queremos.
Usted Sr. Rajoy, no puede juzgarnos, no por que estemos
encima de la ley, es que no estamos por debajo de ella.
Quédese tranquilo, Sr. Rajoy: usted es una idea del pasado:
nadie le recordará.”
Esta entrada está dedicada a todas las personas que estamos
en las mismas condiciones, desde esta humilde palestra les digo: no somos un
crimen, el crimen es lo que eduquen a la gente creyendo que somos distintos a los
demás, que les den un motivo inexistente para juzgarnos, que les enseñen a
darnos la espalda por la calle; el crimen es que les enseñen lo que es el odio,
que lo fomenten, que lo premien, que lo hagan deidad; que seamos todos una masa
desconocedora del otro, fervientes admiradores de este lado oscuro en la vida
que nos ha tocado transcurrir. No somos criminales, inocentes en todo caso,
pero finalmente: iguales a los demás. Que nadie les diga ni les haga pensar lo
contrario. Somos uno.
Ivan Vergara, días o
semanas antes de ser expulsado de una tierra que es de todos.
pd. La foto la tomó Hugo Cabezas, un segundo antes de voltear y darse cuenta que un par personas hablaban conmigo pidiendo 'papeles'.
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3 comentarios:
Respeto y admiración absoluta a todo lo que haces. Las fronteras son conceptos humanos aberrantes que se disolverán en el olvido algún día. Somos los seres más primitivos del planeta.
pero vaya tela macho,eske pararte asi de esa manera a sido un: vamos a ver ke kazamos,anda un tio moreno y no hace sol sera de fuera,pidamosle los papeles aver si podemos joderle el dia a alguien....
Mi hijo, de antemano quiero decirte que estoy orgulloso de ti, de las cosas que haces y de como te comportas, de como te quieren tus amigos, tu familia y toda esa gente que vas conociendo dia tras dia.
Se que los paises han endurecido las politicas migratorias, lo que me parece que no debe ser es que siendo un muchacho valioso, que te dedicas a generar cultura, que trabajas honestamente y que creas lazos fuertes entre la gente deseeen que saklgas de España. En verdad no cabe en mi mente y eso me lleva a remontarme al siglo pasado, cuando México Amorosamente recibio a los exiliados Españoles, gente buena . y cabe decir que muchisimos intelectuales, entre ellos algunos maestros que aun siguen en la Universidad Nacional Autónoma de México, ahora como maestros emeritos y que tanto aportaron a nuestro pais. La UNAM Tu universidad.
Espero que las autoridades españolas consideren tu arraigo y todo lo que haces y puedas arreglar los papeles. De todas formas, cuentas incondicionalmente con mi apoyo de padre. De antemano te digo hijo, te amo. Estoy orgulloso de ti.
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